Kuchen a orillas del Llanquihue

Conversamos con cuatro mujeres descendientes de colonos alemanes para saber sobre esta antigua receta heredada de sus madres, abuelas y suegras. Omas y tantes quienes cocinaban el kuchen en latas del horno, con ingredientes nobles para conmemorar alguna celebración o disfrutar de una rica once familiar.

Una tradición que se conserva hasta hoy, en los salones de té de Frutillar y en las casas de la Cuenca del Lago Llanquihue, donde las nuevas generaciones amasan estos dulces recuerdos para preservarlos.

Un imperdible e imperdonable de la repostería de Frutillar es el kuchen, no se puede visitar la zona sin probarlo. Una receta alemana que consta de una masa de harina con azúcar, mantequilla y huevo, la cual se hornea, se le agrega fruta encima y sobre ésta, una crema de leche o sahne. También está el llamado Streusel o kuchen de miga, que lleva sobre la fruta, migas hechas con harina, mantequilla, azúcar, huevo, canela y ralladura de limón. Y, antiguamente, se hacía un kuchen con levadura, en latones y en grandes cantidades para celebraciones y festividades típicas de la zona.

Sobre qué va primero, tipos de fruta y detalles, hay variantes y versiones. Por ello conversamos con tres mujeres de Frutillar y una de Llanquihue, para saber más sobre esta delicia alemana.

Alejandra Doepking, frutillarina y autora del libro “150 años de Repostería Alemana”, hizo una exhaustiva investigación y recopilación de las recetas de las casas de la cuenca del Lago Llanquihue. “Son todas probadas y recolectadas de casa en casa durante 15 años. Los primeros kuchenes fueron los de levadura, que se hace con la base de la masa del pan, a esa le agregas huevo y especies. Se hacía en latas de horno y era un proceso lento porque tenía que leudar. En Europa el kuchen de levadura es escaso, yo lo vi en Suiza, pero a nivel de locales comerciales se hacen poco”.

Tante Lotte Schlicht, quien vive en una casona de Llanquihue, cultivando flores y trabajando en su huerta, nos cuenta: “Ese kuchen es de las viejas, ahora ya no se hace. Yo siempre lo hice con levadura fresca pero también se puede hacer con seca, pero ese hay que comerlo al tiro. Se hacían dos, tres latas, mi suegra hacía ¡hasta ocho kuchenes! Venían 80 personas a comer, cuando había fiestas, por ejemplo, como en mayo para la cosecha. Íbamos a la misa a agradecer por los frutos y celebrábamos con una once en el Club Gimnástico” recuerda.

Tante Ilsen, dueña de la Hostería Winkler de Frutillar, quinta generación de descendientes alemanes, es una experta cocinera de kuchen, receta que no revela públicamente pero ha traspasado de una generación a otra. Su hijo lo sigue preparando, en la conocida pastelería Kuchenladen de Frutillar y su nieto, en KuchenladenPucón.  “El tradicional kuchen que conocemos aquí es con la fruta y la crema de leche encima. Otro tipo es el Streusel, pero todos llevan una crema encima. Antes se hacía el kuchen con levadura, así lo hacía mi abuela, pero es un proceso más largo. Yo hacía la masa con levadura, ponía la crema, la fruta, crema encima y al horno. Ahora estas recetas ya no usan, pasa que se seca muy rápido y no es conveniente para un local que vende kuchen”.

Respecto a crema de leche tradicional del kuchen que se encuentra en Frutillar, Alejandra Doepking opina: “creo que es una variante más de la zona. En Alemania, en Austria y Suiza, en la repostería centroeuropea, no vi los kuchenes con esa crema. Aquí en el sur de Chile, como es una zona lechera, se incorpora y también otras frutas como la murta, por ejemplo. Las recetas tienen su evolución propia”.

“Y encima iban frutillas, frambuesas, manzanas, cerezas, grosellas, moras, ¡lo que tengas!, frutas de la estación. Y por ejemplo, la manzana dulce no sirve porque se desarma, te sirve la manzanalimón, son detalles. Las manzanas verdes pueden ser también. Y sobre esto va crema de leche con un poquito de maicena, a esa le pongo eso sí vainilla de palo” agrega Tante Lotte.

Carmen Gloria Thieck, dueña de El Rincón de la Oma, en Frutillar, señala: “El kuchen original de la zona es con el bizcocho, fruta y la crema de leche, pero con una textura suave. Esa crema no debe quedar seca. Aquí yo he innovado un poco y he hecho kuchen de frambuesa con zarzaparrilla y al de manzana murta le agrego nuez, por ejemplo. El kuchen de levadura también se hacía mucho en mi casa. El otro día hablaba con una de mis tantes para volver a hacerlos”

Para la escritora, Alejandra Doepking, el kuchen es una de las recetas que se siguen preparando y uno de los temas importantes de Frutillar: su repostería. “En todas las celebraciones tiene que ir un kuchen, incluso para el 18 de septiembre. Es parte de nuestra mesa e historia, para navidad, semana santa, cumpleaños, siempre está presente. Mi favorito, es el de guinda”. Respecto a los lugares donde poder disfrutar de un buen kuchen en Frutillar, la autora de “150 años de Repostería Alemana”, recomienda: Café Hertz, Kuchenladen y Café Trayen. Una experiencia imperdible para recordar y traer a la memoria las recetas de tantas omas y tantes que habitaron y habitan aún esta zona con el dulzor y aroma de sus recetas.

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